martes, 30 de junio de 2020

Una sencilla forma, y muy efectiva, de preparar la tintura de árnica homeopáticamente:





Una sencilla forma, y muy efectiva, 
de preparar la tintura de árnica homeopáticamente:

©Giuseppe Isgró C.



Se utilizan cinco (5) vasos plásticos, o de vidrio:

LA TINTURA DE ÁRNICA SE VA A UTILIZAR SOLAMENTE UNA VEZ, PARA CUBRIR EL FONDO DEL PRIMER VASO.

1) PRIMER VASO: En el primer vaso, se introduce el equivalente a la misma tapa del frasco de árnica para cubrir el fondo del vaso. Luego, se llena de agua hasta las tres cuartas partes del vaso. Esa primera solución se mezcla bien, pasándola de un vaso a otro, siete u ocho veces, elevando el vaso que contiene la solución para que se precipite con cierta fuerza. El objeto es dinamizar la solución.

2) SEGUNDO VASO: Con la solución del primer vaso se cubre el fondo del segundo vaso, y se bota el resto. Entonces, se vuelve a llenar hasta las tres cuartas partes, el vaso, con agua, y se repite la dinamización de la solución de igual forma que en el primer vaso, siete u ocho veces. Con esta solución se cubre el fondo del tercer vaso y se bota el resto.

3) TERCER VASO: Cubierto el fondo del tercer vaso con la solución del segundo, y botando el resto, se vuelve a llenar hasta las tres cuartas partes, el vaso, con agua, se vuelve a dinamizar la solución siete u ocho veces, en las mismas formas anteriores. Con esta solución se cubre el fondo el cuarto vaso, y se bota el resto.

4) CUARTO VASO: Cubierto el fondo del CUARTO vaso con la solución del tercero, y botando el resto, se vuelve a llenar hasta las tres cuartas partes, el vaso, con agua, se vuelve a dinamizar la solución siete u ocho veces, en las mismas formas anteriores. Con esta solución se cubre el fondo el QUINTO vaso, y se bota el resto.

5) QUINTO VASO: Cubierto el fondo del QUINTO vaso con la solución del CUARTO, y botando el resto, se vuelve a llenar hasta las tres cuartas partes, el vaso, con agua, se vuelve a dinamizar la solución siete u ocho veces, en las mismas formas anteriores.

Esta quinta dilución es la que se va a utilizar de la manera descrita a continuación:

PRIMER DÍA: Según la magnitud del caso:

1. Para casos recientes: Se ingiere la dilución preparada (o los glóbulos, si la preparación es hecha por un laboratorio) por sorbos, conservándolo debajo de la lengua, un minuto, y luego se ingiere. Esperar unos cinco minutos entre un sorbo y el siguiente, hasta agotar el contenido del vaso.

Se repite tres (3) veces, la preparación de la dilución y se toma una cada hora, tres (3) veces, únicamente, ese día.
Para casos menos acentuados, las tres (3) diluciones se toman en la forma indicada, una cada seis (6) horas: Mañana, mediodía y noche.

2. SEGUNDO DÍA: El proceso se repite por dos (2) veces: mañana y noche.

3. Tercer día: Una sola vez, bien sea en la mañana, a mediodía o en la noche.

4. Luego: por tres días más: una sola vez al día.

Esto debe resolver cualquier caso satisfactoriamente.

Si hubiera que reforzar, se descansa una semana y se repite el proceso, bajo la SUPERVISIÓN DE UN MÉDICO HOMEÓPATA.

Mi experiencia con esta forma de prepararla data de más de cuarenta años, satisfactoriamente; pero, cada quien debe consultar con su médico de cabecera o con un homeópata antes de usarla. En Odontología tiene excelentes aplicaciones, también.

UNA ACOTACIÓN NECESARIA:

Es preciso acotar: Esta quinta dilución contiene menos sustancia del árnica que en su estado de tintura, por cuanto con cada dilución va quedando menos árnica en la solución. Pero, el efecto de esta quinta dilución es más poderoso que en el estado de tintura, por cuanto, mientras aumentan las diluciones se libera, en mayor grado, la energía del árnica ( y si fuera otra sustancia, -de cualquier substancia-, a mayores diluciones en mayor grado ocurre la liberación de la energía de la misma, aun habiendo, físicamente, menor cantidad de sustancia). 

La que realmente restablece el equilibrio de la salud es la energía liberada. Cada sustancia de los medicamentos homeopáticos experimentada en el hombre sano, genera una serie de síntomas siguiendo un exacto orden de aparición de arriba abajo, de adentro afuera, que se denomina patogenesia del medicamento. 

El médico homeópata, al efectuar el diagnóstico compara los síntomas del paciente con los de la patogenesia del medicamento, y aquellos que coinciden en forma exacta indican el medicamento –único- que restablecerá el equilibrio de la salud. Precisa un profundo conocimiento de la materia médica. 

El medicamento homeopático al ser ingerido, crea en el paciente un cuadro artificial que suplanta al natural patológico, restableciendo la salud. Esa es la razón por la cual al normalizarse el equilibrio de la salud hay que disminuir hasta suspender totalmente la administración del medicamento, ya que, de seguir ingiriéndolo volvería a crear los síntomas anteriores.

Por eso la homeopatía lo que cura, que es virtualmente, todo, o casi todo, lo cura de verdad.